martes, 12 de agosto de 2014

Aforismos sobre el arte de vivir..


1.- Sabiduría de la vida: el arte de conducir la vida de la manera más agradable y feliz posible.

2.- Lo que fundamenta la diferencia en la suerte de los mortales se puede reducir a tres determinaciones básicas: lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa.

3.- “Es mayor causa de felicidad propia lo que procede de uno mismo que lo que procede de las cosas” (Metrodoro, discípulo de Epicuro).
Lo más importante para el bienestar del hombre, incluso para todo el estilo de vida que adopte, es aquello que existe o sucede en su fuero interno. De ello dependen directamente su satisfacción y su desdicha más profundas, que no son, en primera instancia, otra cosa que el resultado inmediato de sus sentimientos, su voluntad y sus pensamientos.
4.- Cada uno está atrapado en su conciencia como en su propia piel, y vive en principio sólo en ella: de ahí que no se le pueda ayudar mucho desde fuera.
5.- Las diferencias de rango y de riqueza le asignan a cada cual el papel que habrá de representar; pero eso no significa que su felicidad y satisfacción interior estén de acuerdo con ese papel.

6.- La mitad objetiva del presente y de la realidad está en manos del destino y, en consecuencia, es tornadiza; la subjetiva viene dada por nosotros mismos y, por lo tanto, es básicamente invariable. La vida del hombre, por muchos cambios que le sobrevengan de fuera, tiene siempre el mismo carácter. (…) Nadie se puede sustraer a su propia individualidad. (…) El grado máximo de la dicha de un hombre está fijado de antemano por su individualidad.

7.- ¡Cuánto depende nuestra dicha de aquello que somos; mientras que casi siempre sólo se toma en cuenta nuestro destino, es decir, a aquello que tenemos o que representamos!.(…) Si se goza de riqueza interior, no habrá que pedirle mucho al destino.

8.- Que lo subjetivo es siempre mucho más importante para nuestra felicidad y nuestro gozo que lo objetivo, es algo que se comprueba en todas las cosas.(…) Lo que cada uno es para sí mismo, lo que lo acompaña en su soledad y nadie le puede proporcionar o arrebatar es obviamente mucho más importante para él que el resto de sus cualidades o lo que los demás puedan pensar de él.

9.-Lo primero y más esencial para nuestra felicidad es aquello que somos, o sea, nuestra personalidad. (…) Lo único que está en nuestras manos es sacar el mayor provecho posible de la personalidad recibida, cultivando las tendencias que le son afines y procurando adquirir el tipo de educación que se adapta a ella, evitando cualquier otra y, por consiguiente, eligiendo el estatus, la ocupación, el estilo de vida que mejor se correspondan con ella.

10.- Es muy poco lo que la riqueza como tal, es decir, el exceso de bienes, puede aportar a nuestra felicidad.(…) Y sin embargo, los hombres se afanan cien veces más en adquirir riquezas que en cultivar su espíritu; y ello a pesar de que está fuera de toda duda que lo que uno es contribuye mucho más a nuestra felicidad que lo que uno tiene.

11.- Lo que alguien lleva en sí mismo es lo más esencial para su dicha.

12.- “Lo similar se complace en lo similar”. (San Agustín)

13.- El aburrimiento procede de la indigencia y vaciedad de espíritu.

14.- “Tanto tienes; tanto vales” (Petronio)… y a la inversa, porque la opinión favorable de los demás en cualquier asunto contribuye a menudo a incrementar el patrimonio personal.

15.- En lo bueno y en lo malo, es menos determinante el azar y lo que le acaece a uno en la vida, exceptuando las calamidades, que la manera en que lo experimenta, es decir, la clase de sensibilidad que se tenga en cualquier respecto, y el grado de la misma.(…) De ahí que la envidia que se enfoca en las cualidades personales es la más implacable, y la que también se oculta con mayor esmero.

16.- “La naturaleza es segura, pero no lo son las posesiones”  (Aristóteles)… A esto se debe que soportemos con mayor entereza una desgracia que nos viene completamente de fuera que una de la que somos en parte responsables: pues el destino puede cambiar, pero la naturaleza propia, jamás.

17.- Los bienes subjetivos, como un carácter noble, una inteligencia capaz, un temperamento afortunado, un ánimo alegre y un cuerpo bien formado y totalmente sano, son para nuestra felicidad los principales y los más importantes; por lo que debemos atender mucho más a su generación y conservación que a obtener los bienes y el honor exteriores.
18.- “Quien ríe mucho es feliz, quien llora mucho es desdichado”. Por eso hay que abrir las puertas de par en par a la alegría cada vez que se presente: pues nunca viene a destiempo.
19.- La alegría es una especie de moneda en efectivo de la felicidad, y no, como el resto de los bienes, una mera letra de cambio.

20.- Es indudable que nada es menos conducente a la alegría que la riqueza, y nada lo es más que la salud: en las clases humildes, trabajadoras y, en especial, entre las que aran la tierra, están los rostros alegres y contentos; entre las ricas y distinguidas, los amargados.

21.- Sin el debido movimiento diario no es posible conservarse sano: todos los procesos vitales requieren, para ser bien desempeñados, el movimiento de las partes y del todo donde se llevan a cabo.(…) Pues bien, cuando el movimiento externo prácticamente desaparece,… se produce una desproporción nociva entre la tranquilidad externa y el tumulto interior.

22.- Todo movimiento es más movimiento cuanto más rápido es.

23.- “No son las cosas lo que afecta a los hombres, sino las opiniones sobre ellas”. (Epícteto)

24.- Nueve décimas partes de nuestra felicidad se basan exclusivamente en nuestra salud.

25.- La susceptibilidad a impresiones agradables es tanto más débil cuanto más fuerte sea la que se tiene hacia las desagradables, y viceversa.

26.- La belleza es una carta abierta de presentación, que nos rinde de antemano el corazón de los demás.

27.- El dolor y el aburrimiento son los dos mayores enemigos de la felicidad humana. Al respecto cabe observar que cuanto más conseguimos sustraernos a uno de ellos, más nos acercamos al otro, y viceversa; por lo que nuestra vida representa en el fondo un movimiento de oscilación más o menos rápido entre ambos.

28.- La torpeza espiritual está continuamente ligada a un embotamiento de la sensibilidad y a una débil excitabilidad. Dicha torpeza es, a su vez, lo que da lugar a ese vacío interior estampado en innumerables rostros, que se manifiesta además a través de una atención desmesurada hacia todo cuanto ocurre en el mundo exterior, por más nimio que sea, y que, como auténtica fuente del aburrimiento que es, siempre está al acecho de estímulos externos que puedan agitar el espíritu y el ánimo. (…) Este vacío interior es la causa principal de la afición a las reuniones sociales, a los entretenimientos, a los placeres y lujos de todo tipo, que conduce a muchos al derroche y luego a la miseria. Contra esta miseria no hay mejor escudo que la riqueza interior, la del espíritu.

29.- La condición indispensable de una inteligencia desarrollada es una sensibilidad aguda, y su raíz, una mayor fogosidad de la voluntad, es decir, de la emotividad.

30.- Cuanto más sea lo que tiene alguien en su interior, tanto menos requerirá de fuera y, por consiguiente, tanto menos significarán los otros para él. De ahí que la eminencia del espíritu conduzca a la misantropía.

31.- En la soledad, donde uno se ve remitido a su yo, es donde se muestra lo que cada uno lleva en su interior.

32.- “Toda estupidez labra su propio aburrimiento”. (Séneca).

33.- La gente ordinaria se dedica únicamente a emplear el tiempo; quien tiene algún talento, en cambio, a utilizarlo.

34.- El ocio es la flor, o mejor dicho el fruto, de la existencia de cada cual, en cuanto le permite a éste tomar plena posesión  de sí mismo, merecen el nombre de afortunados quienes encuentran algo efectivamente valioso en sus propias personas.

35.- Lo que alguien pueda significar para otro tiene límites muy estrechos: al final cada uno se queda sólo, y entonces lo único que cuenta es quién se ha quedado solo.
“En todas las cosas contamos en último término sólo con nosotros mismos”. (Goethe)

36.- “La felicidad es de quienes se bastan a sí mismos”. (Aristóteles)

37.- En la edad avanzada, entonces más que nunca, lo importante es lo que cada uno tiene en sí mismo. Nada, en efecto, resistirá mejor el paso del tiempo. Además, es la única fuente de felicidad verdaderamente estable. En el fondo, el mundo no tiene mucho que ofrecernos: está lleno de miseria y dolor, y a quienes logran escapar de estos males los acecha en cada esquina el aburrimiento. Además, por regle general, la maldad y la estupidez son las que dictan la pauta. El destino es cruel, y los hombres, miserables.

38.- “La sabiduría es buena si uno tiene hacienda, y es útil que uno pueda solazarse al sol” (Libro del Eclesiastés)

39.- Es una gran torpeza perder en lo interno para ganar en lo externo, es decir, sacrificar parcial o totalmente la tranquilidad, la independencia y el ocio de uno mismo en aras del brillo, el rango, el lujo, los títulos o los honores.

40.- Hay tres fuerzas fisiológicas fundamentales y que son fuente de tres tipos de placeres posibles: placeres de la fuerza reproductora, los placeres de la irritabilidad y, por último, los placeres de la sensibilidad. Nuestro gozo estará invariablemente condicionado por el uso de las propias fuerzas y nuestra dicha proviene de su repetición frecuente.

41.- La vulgaridad consiste realmente en que, en la consciencia, la voluntad se imponga completamente al conocimiento.

42.- “No hay verdaderos placeres, sin verdaderas necesidades”. (Voltaire)

43.- Nuestra vida práctica y real es, cuanod no la mueven las pasiones, aburrida e insulsa; y cuando la mueven, no tarda en volverse dolorosa.

44.- “El ocio sin las letras es para el hombre como la muerte o una sepultura en vida”. (Séneca).

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