Y ¿qué más? Cuando al cielo levantados
se ignoran a sí mismos los sentidos,
a la tierra apegados
por el deber y la palabra unidos,
yo vi muchos amantes muy queridos
de corazón y de hechos separados,
hallándose en la luna confundidos
con sombras de otros seres adorados:
amantes que, aunque buenos y dichosos,
persiguiendo ardorosos
cansados de lo real, sueños livianos,
se quieren en la tierra como hermanos,
y tienen en la luna otros esposos.
r. d c.
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