lunes, 2 de septiembre de 2013

Sobre Los Esforzados [II]

 —Organizan guerras. Cuando ha acabado una, preparan otra. Y con ello contraen deudas. Y se ponen furiosos porque se quedan sin dinero. Y entonces nos dan de bastonazos para consolarse y dicen que es culpa nuestra si todo va mal. En vez de vivir apaciblemente su ratito de vida, cometen maldades y luego se mueren.

 —Yo cuando pienso en la muerte  —dijo Salomón — meto la cabeza debajo de la manta.

Saltiel se enfadó de repente contra el ministro francés de Asuntos exteriores, que, según él, se había ido a pescar el día en que Alemania remilitarizó Renania.

 —¿Y qué tenía que haber hecho, oh sabio?  —preguntó sarcásticamente Comeclavos.

 —¡Mandar un espía! Actuar, vaya, presentarse en persona a ver cómo marchaban las cosas por Berlín poniéndose una barba postiza, sembrar discordia, ¿yo qué sé?

 —Usted desde luego, tío, no se iría a pescar si fuese ministro  —dijo Salomon, con ojos brillantes de admiración.

 —Qué le vamos a hacer, hijo mío, no les parezco capaz  —dijo amargamente Saltiel—. Ten, toma un pistacho.

 —Gracias, tío.

 —Ah, ser ministro  —suspiró Saltiel —. ¡Firmar importantes  documentos! ¡Fingir tener prisa! ¡Y cómo vigilaría la vajilla diplomática! Y, con una sola palabra, Comeclavos, podría hacerte vizconde. 

 —Preferiría barón. Queda menos frívolo. Y además, tanto da. En el fondo, soy bastante comunista.

 —Yo también  —dijo Saltiel—, siempre que no se haga daño a nadie. ¡Porque como el comunismo haya de quitarle una pluma a un pájaro o hacer llorar a un niño, no quiero saber nada de él!

 —No tengo mucha instrucción  —dijo Salomón—, dejé la escuela a los trece años para vender o limpiar zapatos, pero mi opinión política es que todo el mundo esté contento y que inventen algo para no comer carne.

 —¿Y los tigres?  —preguntó Comeclavos.

 —A lo mejor podrían darles las verduras cocidas con forma de cabra, y luego, poco a poco, se les va quitando la forma de cabra y el tigre ni cuenta se da, y se le dice: "Ves, has comido coliflor. Oh, tigre, ¿no opinas que sabe mejor?"


Larsen & Cohen

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