domingo, 20 de abril de 2014

IV.














Un extraño nace
y los destierros comienzan a amarlo.

Un extraño se atreve desde niño
a iluminar con su ojo lo sabido
y el cotidiano horror se hace patente
y el prodigio de ser cercena y mata.

Un extraño.
Roguemos para que no nos nazca
- y menos en la cuna de la casa-.

Un extraño perturba, inofensivo
pero comunitario de los solos.
Intercepta dentados engranajes
que permiten olvido y digestiones.

Un extraño.
Algunos armoniosos del maldito:
roguemos para que no nazca.

Llevemos las ofrendas
aplaquemos la ira.

Un extraño en la turba.
Un extranjero.

i. c.



No hay comentarios:

Publicar un comentario