(Veo vulvas)
Veo vulvas, de las que andan por ahí sin saber lo que dicen.Vulvas de las que nadie ha visto, porque había una personaestaba dormida mientras la duración tenia repercusiones, mimano entre tanto, con su piraña en las uñas añadía algo débilVeo vulvas afeitadas, de las que no tienen pelos en mi lengua,afeitadas para no sentirse solas hasta la saciedad del sinónimopor no saber bien qué significa estar atareadas como pie plano.Hay vulvas a las que nunca les dan una mano y son mancas enel placer, hacen lo que les da la gana, todo a regañadientes, lasmismas que dejan caer en saco roto los pelos de algún orgullo.Veo vulvas de julias, de sarahs y susis, hasta de una tartamudaen otro idioma. Veo la vulva de Adriana. Una vez vi una granvulva detrás de una ventana abierta: miraba como si lo supiera.No sé porqué, pero veo vulvas de silvias y son muchas silvias,una de ellas, con una vulva que volvió una noche, y yo estaba.Vulvas valientes y cobardes, vulvas incapaces de hacerle mala nadie, ninguna nacida en Pennsylvania (una lástima), vulvascon óvulos y overol, algunas con olor violento, una con aromaa emanación mortal tal como la mamá la había traído a la vida.Otra vez vi la vulva de una madre que no era la mía, la vi y vivulvas de susis y sallys, de alicias y soledades, de anicetas sinhaber sabido quién les puso ese nombre, vulvas algo lóbregas,veo vulvas hasta cuando duermo, rezo y respiro, cuando como,cuando (también ahí veo) me pica la nariz o hablo por teléfonoa un número equivocado, las veo cuando tengo ganas y cuandono porque no solo de vulvas vive el hombre, pero igual las veocuando llueve, cuando recién paró, cuando una mujer parió unniño que no es mío, y si es una niña también veo la vulva suya,sé dónde quedará esa calle, veo vulvas hasta cuando nos las veo.De cármenes, de maites, de luisas, de elisas (veo la de Elisa vidamía y me dan ganas de llorar de la nostalgia), de irenes y a la desully la imagino ajena dando ahora vueltas por algún dormitorio.Vulvas, vulvas, vulvas, vulvas, vulvas, vulv… las veo ¡ahí van!y con ellas, aquella que una vez tuvo frío, vulvas que no sabenhablar en voz baja y por eso nunca las invitan a ningún velorio.He visto vulvas en coma esperando el punto final de su clítoris,he visto otras que venían a ser parte de la tradición, pero ahora,veo vulvas pobres y ricas, nómadas y anónimas, largas y cortas,negras y blancas, y a tantas vulvas obesas cuyo tamaño varía lomismo en invierno como en verano, aunque habrá que verlas enprimavera, rodeadas de geranios y golondrinas, vulvas aladas yperfumadas, volarían así a una definición diferente apenas unafe las acompañe al año donde nacieron con una forma de almaimitada por la cual la belleza hubiera pagado hasta una fortuna.Vulvas con su traca traca, cargando un semen apuñalado por laespalda, castigo les deberían dar por andar cargando lo que noes suyo, un gajo de chiquetazos, cómo ha de ser posible, ni quefueran traileras transportando oro en su cóncavo semirremolque.Con vulvas así, no se puede, porque ponen en duda el camino aSodoma amagando con amar al primer postor de su desparramo.Vulvas que al llegar a los veinte les cantaron las cuarenta, pues,pasado el tiempo, todas las vulvas terminan siendo la misma, niuna se salva, todas hacen camino al andar tan llenas de moscas,de no me acuerdo bien qué pasó en el pecado la noche anterior.Sudando en contra de la infelicidad salen al soleado universo avivir con esa estética hasta que pueden y dicen colorín coloradoesta historia ha terminado, arrepentidas de no saber lo que pasó.manos las hacen nacer al instinto en cada instante tan saludable.Vulvas con gusto a ceviche, alegres pero con un olor agrio (talvez en su vida pasada pasaron días en algún yogurt), de las quetren fantasma, en su Parque Rodó uruguayo ¡tan lleno de ellas!mientras llegan como bueyes cargadas de ayes huidos del ayer.Hay quienes dicen que las vulvas son buenas, hay alguien quesu vulva cambiaría por una nueva aunque viniera de muy lejos.En alguna parte habría que hacerle a la vulva una estatua, a esausada en nombre de todas las otras, vivas y muertas aquí y allá.Sudor, ozono pino, pipas, altramuces, garbanzos salados, zotal,aura de la fotogenia y hasta estertores cumpliendo el papel delmal tilingo al quitarse de encima cuchiflates y guarrindonguisalaban la pelambre que la bordea para cumplir el papel de losdías acuartelados vistos desde muy cerca, olfateando culta lacircularidad de una verdad que si no fuera tan mal vista, bienpodría servir como ablación en la corazonada de tenerla todoel tiempo cerca hasta que algo agobiada viniera a los minutos.La vulva esa escribe en su libreta de apuntes algo que todavíanadie sabe: “Las dificultades de mis tartamudeos tuvieron quever con la tendencia que tenían los personajes antes de venir amí”, pudiendo ser el personaje cualquiera que quisiera estar deacuerdo con la visita al tarambana cuando salió al raje, porqueactividad al mismo tiempo que de aquí en más la blanda vulvase ponía facilonga, haciéndose la que no sabía nada pero sabía.La vulva que le había hecho un chantaje al Viejo Vizcacha, lamisma que por pura casualidad descubrimos donde no las hayhacía su aparición bajo las fibras del biguá y de la arboladura,había cumplido con un plan abotonado, nadaba en la leche delmar cuando valía la pena hacerlo por eso que todas las vulvashacen, salir a las superficies para respirar, o para que las vean.Salgo al mundo y veo vulvas. Han venido a darme unas ideas.
e. e.
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