Domingo
He
aquí la cuestión: el jefe de una de nuestras secciones, uno de los más
celebrados detectives de Europa, sostiene, de tiempo atrás, la tesis de que
nuestra civilización está amenazada por una conspiración de orden puramente
intelectual. Está convencido de que el mundo científico y el mundo artístico
traman, sordamente, una cruzada contra la Familia y el Estado. En consecuencia,
ha organizado un cuerpo especial de policías, que son, al mismo tiempo,
filósofos. La misión de éstos es observar el fermento naciente de la
conspiración, para combatirla, no sólo en el sentido penal, sino en el terreno
de la controversia.
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