lunes, 11 de junio de 2012

Miércoles.



Aquel bosque de encantamiento, donde los rostros se ponían alternativamente blancos y negros, ya entrando en la luz, ya desvaneciéndose en la nada, aquel caos de claroscuro (después de la franca luminosidad de los campos) era a la mente de Syme un símbolo perfecto del mundo en que se encontraba metido desde hacía tres días; aquel mundo en que los hombres se quitaban las barbas, las gafas, las narices, y se metamorfoseaban en otros. Mañana. Tres hasta el Domingo.




J & GK.





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