lunes, 11 de junio de 2012

Moonday.



La aventura podrá ser loca, pero el aventurero debe ser cuerdo. El dragón, sin San Jorge, no sería ni siquiera grotesco. Así, aquel escenario inhumano sólo era fantástico por la presencia de un ser humano. Para la mente exaltada de Syme, las casas, blanquecinas y frías, y las terrazas de la margen del Támesis, parecían tan deshabitadas como las montañas de la luna; pero la misma luna sólo es poética por el "hombre" que hay en la luna.

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