I
En
Yamin Noraim
quien
podía hacía cualquier esfuerzo
por
librarse del trabajo e ir al rezo
a
escuchar el sonido del shofar.
II
Llegado
el momento
de
piedar el cuerno
el
rabí ajidan elhibön
colocose
en pie para anunciar
los
cien toques del día en cinta
mi
padre, -bendita sea su memoria-
que
sonó durante todo el mes de elul
-sin
el menor error-
se
acomodó el shofar en boca
de donde no salió sonido alguno
El
mismo shofar
el
mismo lugar
y
el mismo soplante
y
trató una
tratando
la otra,
hasta
la tercera
Fallando
Levantó
el cuerno
sin
que ni un alma se atreviera
lapidaronse
incluso rabí ezkjhél
y
un fiero director de la yeshiva
Yo,
que
por ese entonces
rondaba
dieciséis en años
me
acerqué y le dije:
-padre,
dádme el shofar-,
y
él me lo entregó
Esa
noche clavé en las retinas
del
explotado uno a uno treinta toques
fue
el mundo entero a quebrarse en llanto
y no sin razón.
III
A
las corvas de la novena noche
condujeron
libertados y errantes
a mi madre mi hermana
& a mi hermano menor.
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