[...] además de fortalecer y defender nuestras colonias que en la tierra se dedican a esto. Bueno, ésta siempre ha sido nuestra obligación. Esta vez, sin embargo, hemos de proteger a los habitantes de la Tierra con un plan de Asistencia Planetaria, ya que toda forma de vida corre peligro. Pero ya hemos hablado de eso en la Conferencia.
» Aún a riesgo de hacerme pesado, debo repetir (repetir, subrayar y recalcar) que el problema no radica en vuestra llegada al planeta Tierra, sino en que todos perderéis la memoria de vuestra existencia anterior. Volveréis en sí, quizá solos, quizá en compañía, pero con apenas una vaga sensación de reconocimiento. Probablemente os sentiréis desorientados, indispuestos, desilusionados, y no daréis crédito cuando se os comunique vuestra misión. Despertaréis, por así decirlo, pero pasaréis por un periodo de duermevela parecido al que experimenta un convaleciente o alguien que respira aire fresco después de estar inmerso en una atmósfera envenenada. Algunos de vosotros preferiréis permanecer inconscientes porque el despertar os resultará tan doloroso, el conocimiento de vuestra nueva condición (idéntica a la terrestre), tan insoportable, que, como drogadictos, tal vez optéis por continuar ajenos a lo que os rodea. Y para cuando os percatéis de que estás en proceso de despertar, de que tenéis una labor que realizar, habréis absorbido características de los terrícolas que os harán suspicaces, desconfiados, ariscos, insolentes. Actuaréis como el ahogado que a su vez ahoga al que trata de rescatarlo. Así de violenta será vuestra reacción al horror.
Lessing & Sowa
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